Originalmente publicado en la Revista Extracto No. 1 (2014)
En los últimos años, los investigadores en tecnología han desarrollado programas de inteligencia artificial capaces de elaborar textos y poemas. Los lenguajes de programación permiten que se organicen de tal forma las palabras, sus significados, la rima y la métrica para así generar estos supuestos poemas. Más allá del dilema ético de ser textos generados por entidades no humanas, los textos resultantes son dignos de un análisis crítico como cualquier otro. Tomando como base los principios de la Nueva Crítica norteamericana planteo cómo los poemas creados a partir de inteligencia artificial pierden la referencia de “autor” por lo que trascienden la falacia de intención y la disputa entre la tradición y la singularidad.
1. La inteligencia artificial, una herramienta para crear poesía
La inteligencia artificial es la ciencia e ingeniería de crear máquinas inteligentes, especialmente programas inteligentes de computación. En este contexto, la inteligencia se define como la habilidad computacional de alcanzar metas (McCarthy). Una de las metas que los investigadores en este campo han explorado es la creación de poesía a través de programas computacionales.
Hay varios ejemplos de este tipo de programas. Uno de ellos es un sencillo “rimador: creador de poesía automática” que se encuentra en www.rimador.net. En dicha página web se ingresan la sílaba con la que se desea rimar el poema y el número de sílabas que debe tener cada verso, material con el que automáticamente genera un texto con la misma rima y la métrica indicada. Un ejemplo de un texto generado a partir de esta página es el siguiente:
“Que se glorian en las llanuras, con flores y árboles y piedras, corazón que entre dos piedras, cuyas barcas son las almendras.”
El dilema que surge a partir de a este tipo de resultados es si el texto se trata realmente de un poema o no, y en ese caso ¿cuál es la definición exacta de un poema y cómo puede la inteligencia artificial crear un verdadero poema?
Este problema lo resolvieron Manurung, Ritchie y Thompson al elaborar una definición operativa de “poema” que fuera adecuada para un programa de inteligencia artificial llamado McGonagall. Según sus lineamientos, poema se define como “un artefacto de lenguaje natural que satisface simultáneamente las restricciones de gramaticalidad, significado y poeticidad” (47). La gramaticalidad se refiere al uso adecuado de la sintaxis, el significado hace alusión al mensaje conceptual que transmite el poema y la poeticidad se refiere a los rasgos de forma que distinguen a un poema de otro texto, como el ritmo y la rima.
2. La falacia de intención
La Nueva Crítica norteamericana fue una escuela interesada en el estudio de los textos en sí mismos. Por ende, denunciaron errores como juzgar el texto en función del autor, en lugar de analizar el escrito de forma independiente. La falacia de intención es un término acuñado por Wimsatt y Beardsley (946) que designa este error, propone que el poema está separado del autor desde su nacimiento y va por el mundo más allá de su poder o intención de controlarlo.
Entonces, aun cuando el autor se trate de una inteligencia artificial, el poema sigue siendo un poema (porque encajó con la definición planteada) y debe ser juzgado como tal. Sin embargo, es posible caer en la trampa de la falacia de intención considerando que la inteligencia artificial tiene a sus propios autores, por lo que es posible dedicarse a juzgar el proceso por el cual fue diseñada para crear el texto en lugar de centrarse en solamente en el mismo. La diferencia consiste en que esta crítica ya no es puramente literaria, sino que incide en un campo totalmente distinto como el manejo de lenguajes de programación y algoritmos. Pero siendo fiel a la Nueva Crítica, el poema debe considerarse de forma independiente, no importa si la entidad que lo ha creado es humana o no, ni el proceso de su creación.
3. La disputa entre tradición y singularidad
Otro de los autores que resaltan en la Nueva Crítica es T. S. Eliot (763), quien propone que un autor es un médium en el que se funden la tradición con las impresiones y experiencias del presente. Según su postura, los textos se juzgan según los estándares del pasado y los escritores deben conocer la obra de sus antepasados para estar conscientes de su lugar en el tiempo (761-762). Sin embargo, la poesía creada por inteligencia artificial carece de autor. En los programas se introducen las reglas del lenguaje, la poeticidad y el significado, pero no la tradición completa de toda la literatura que se supone que un autor sintetiza y selecciona lo que es de su agrado. Una inteligencia artificial no se dedica la estudio de una obra en particular que se considerará como influencia, ni se identifica como parte de una corriente literaria. Claro, los programas de inteligencia artificial no generan poemas de la nada, se debe introducir palabras, sílabas, o un pequeño texto de muestra con la rima y métrica establecida. La única tradición que acaso permanece en este tipo de textos son las formas poéticas y el contenido temático que es constante en todas las obras literarias como el amor y la muerte.
Asimismo, una inteligencia artificial tampoco es un ente sensible y apasionado que escribe poesía por pulsión o en estados alterados de consciencia. Sobre la innovación, Eliot (763) opina que debe separarse la persona que sufre de la mente que crea, y que la mente debe digerir las pasiones que son el material principal para la poesía. ¿Será que un programa de inteligencia artificial puede llegar a ser más eficiente para tratar temas emotivos sin perder el estilo, la rima y la métrica? En este respecto, Manurung, Ritchie y Thompson (62) concluyeron en su estudio sobre la generación de poesía por medio de inteligencia artificial que el diseño de su programa McGonagall podía ejecutar textos con sentido poético descuidando la métrica, o métricas muy bien definidas descuidando el contenido. El artículo no hacía mención sobre la emotividad de los poemas.
En conclusión, la generación de poemas por programas de inteligencia artificial puede desafiar las nociones literarias de qué es un poema o qué tan relevante es la referencia del autor para interpretar un texto, y así proponer nuevas definiciones que pueden ser útiles para el estudio literario. Por otro lado, el campo de los de la programación es una rama que estudia otra relación con el lenguaje del cual puede enriquecerse la literatura porque se pueden explorar nuevas formas de producir textos con vínculos entre palabras que la mente humana no concibe. Queda siempre la duda ética sobre si los poemas generados por inteligencia artificial pueden superar a los humanos y si se trata de la muerte del artista como el autor de una obra en especial. Quizás la programación es una nueva forma de arte y los artistas encuentren formas de manifestar su humanidad para distinguirse de la inteligencia artificial.
Bibliografía
McCarthy, John. “What is Artificial Intelligence?” Formal Reasoning Group. Computer Science Department, Standford University, 12 de noviembre 2007. Web. 26 de julio 2014.
Manurung, Ruli, Graeme Ritchie y Henry Thompson. “Using genetic algorithms to create meaningful poetic text”. Journal of Experimental & Theoretical Artificial Intelligence. 24.1 (2012): 43-64. Web. 26 de julio 2014.
Eliot, Thomas. “Tradition and Individual Talent.” Critical Theory Since Plato. Ed. Hazard Adams. Florida: Harcourt Brace Jovanovich Collage Publishers, 1992. 761-764. Impreso.
Wimsatt, William y Monroe Beardsley. “The Intentional Fallacy.” Critical Theory Since Plato. Ed. Hazard Adams. Florida: Harcourt Brace Jovanovich Collage Publishers, 1992. 761-764. Impreso.
Comentarios